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El Lindy Hop

​​El Lindy Hop es un estilo de baile popularizado en Nueva York por bailarines afro-americanos en una sala de baile llamada Savoy Ballroom.

 

A mediados de la década de 1920 los bailarines del Savoy bailaban el estilo Charleston, incorporando elementos de otros estilos como el "Texas Tommy", el "Black Bottom" y el "Cakewalk". El Lindy Hop nació cuando estos bailarines empezaron a incorporar posiciones abiertas intercalándolas con las tradicionales posiciones cerradas. Esta apertura de posición es en lo que se conoce como 'Whip' o 'Swing Out'.

Se dice que el nombre 'Lindy Hop' surgió en 1927 en el Savoy Ballroom durante un concurso de baile en conmemoración al famoso vuelo de Charles Lindberg a través del Océano Atlántico. 

Técnicamente, tiene un paso básico de 8 tiempos y se define a partir de su patrón básico de "swing out". En estos patrones básicos, la estructura de baile en tiene forma rectangular y alargada y los bailarines giran simultáneamente sobre un eje central. Este eje tiende a permanecer en el mismo sitio en lugar de moverse sobre la pista.

El Lindy Hop se extendió por todos los EE.UU. La edición de la revista Life del 23 de agosto de 1943, declaraba el Lindy Hop como "baile nacional". Con el tiempo, el Lindy Hop evolucionó en una variedad de estilos de swing, como West Coast, Jive, Boogie Woogie, Balboa, etc.

En EEUU, a finales de los años 20 el Charleston se extinguía y un nuevo estilo musical, el Swing, empezaba a imponerse entre la población negra de Nueva York.

 

Era en Harlem, en el Savoy Ballroom (famosísima sala de baile de la época), donde los mejores bailarines se daban cita e iban creando una nueva forma de bailar para esa nueva música.

Los pasos eran tanto de nueva creación como heredados de otros bailes como el famoso Charleston y otros menos conocidos en Europa (Texas Tommy, Big Apple, Breakaway).

Ese baile fue llamado Lindy Hop (más tarde Jitterbug) y es el precursor de todos los estilos que le siguieron durante los años 40 y 50 como el swing moderno, el boogie-woogie y el rock and roll.

 

Uno de los grandes bailarines y creadores de estilo durante los años 30 y que en la actualidad aún continúa dando clases es el maestro de maestros Frankie Manning. Fue también el introductor de los pasos acrobáticos (en inglés "aerials").

​El nombre de LINDY HOP está basado en una curiosa anécdota, más o menos documentada,  relacionada con Charles Lindbergh ("Lindy"), el primer aviador que cruzó o "saltó" (hop) el Atlántico en un solo vuelo sin escalas (1927). Contado en pocas palabras: en un maratón de baile un periodista preguntó a uno de los famosos bailarines del Savoy (Shorty George) qué era lo que estaba haciendo durante un fragmento de improvisación, a lo cual él respondió “The lindy hop”  (El "salto" de Lindy).

Podemos ver ejemplos de esa forma de bailar en algunas películas de la época. La más accesible y conocida en España puede ser “Un día en las carreras”, de los Hermanos Marx. Más recientemente (1993) en “Los rebeldes del swing” vemos varias escenas de baile y en Malcolm-X (del director Spike Lee) una sola, pero de calidad y muy bien ambientada. En otra muchas películas ("Helzapoppin'") hay escenas de lindy hop, pero son más difíciles de conseguir en España.

Durante los años 30 y 40 el lindy hop y la música swing se van extendiendo a todo el territorio de EEUU y a todas las generaciones y clases sociales. Es la época de las "Big Bands" de Benny Goodman, Count Basie, Duke Ellington, Glenn Miller, etc.

También se experimentan variaciones de estilo, muchas veces dependiendo no sólo de la época sino de la zona o comunidades donde se baila. Así, mientras en Nueva York es típico el "savoy style", a partir de mediados de los 30, en la Costa Oeste se desarrolla más el estilo "Dean Collins", llamado más tarde "Hollywood Style", algo más parecido a lo que aquí llamaríamos "boogie-woogie".

En la década de los 50 el swing sufre su última variación con el rock & roll, y a partir de los 60 el baile en pareja en general cae en desuso con el advenimiento del pop.

Es a partir de los años 80 cuando empieza, prácticamente de forma simultánea en Estados Unidos y algunas partes de Europa, una corriente de recuperación del lindy hop y del swing en general (también de los bailes de salón). Grandes maestros de la época, como Frankie Manning, son sacados del olvido y transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones. También empiezan a formarse grupos musicales de neo-swing.

Actualmente hay profusión de escuelas y asociaciones de swing y lindy hop en prácticamente todo el mundo: Estados Unidos, Argentina, España, Suecia, Francia, Suiza, Inglaterra, Alemania, etc. Destacan actualmente consagrados bailarines y maestros de nueva generación como Eddie y Eva (Suecia), Ryan Francois (USA), Marcus y Bärbl Kaufer (Alemania), Maxi Prado y Agustina Zero Setién (Argentina), Max Pitruzzella (Italia), Doug Silton (USA), Juan Ignacio Villafane (Argentina), Kenny Nelson y Sharon Davis (Londres), Nathan Bugh y Giselle Angjizola (USA), Kevin St. Laurent y Jo Hoffberg (USA), Crystal Lee (Korea), Rusty Frank y Shesha Marvin (USA), Erick Robinson y Sylvia Skylar (USA), Daniel Newsome y Gabriella Cook (USA), Peter Strom y Annie Trudeau (USA), Mikey Pedroza y Nikki Marvin (USA), Thomas Blacharz y Alice Mei (USA), Luciana Salinas y José Zarazaga (Argentina) entre otros muchos.

Técnicamente, la diferencias fundamentales con el swing que más bailamos por aquí está en que en éste los patrones básicos y figuras suelen ser de 6 tiempos, mientras que en el lindy hop son de 8 aunque también las hay de 6. La postura base en el lindy hop está más “horizontalizada” que el en swing moderno, como más preparada para pasos con “kicks” o patadas tipo charleston, los cuales se combinan con figuras más del tipo, por así decirlo, del “rock & roll”. También se incluyen figuras tipo jazz en la que la pareja se separa momentáneamente.


El lindy hop aporta al swing que conocemos más variedad de pasos, improvisación, creatividad y otra forma de interpretar con nuestro baile la música que estamos escuchando. No es incompatible con las figuras de swing que habitualmente bailamos.

Algo muy bonito en el lindy es que bailando no sólo se intenta seguir el ritmo, sino la melodía, es decir, se intenta respetar el fraseo propio del swing con sus cortes o "breaks". Esto lo dota de una gran creatividad y admite muchas variaciones.​

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